José Bono se acuerda de Almería

Acabo de concluir la soporífera lectura de "Les voy a contar", la "memorias" altamente desmemoriadas, de José Bono. Si puedo estar escribiendo ahora es por que he sobrevivido al millar largo de páginas, cada una de las cuales le ha sido abonada a razón de más de 600 euros... 
No es la primera incursión literaria de este insigne socialista que alardea de buen católico a pesar de defender principios radicalmente contrarios a la Iglesia (cada cual puede defender lo que le de la gana, pero ¡un poco de coherencia! ¡No todo el mundo puede ser como Rosa Díez, que cuando era del PSOE y miembro del Gobierno vasco del PNV decía que acercar los presos etarraras era "normalidad" y hoy desde UPYD dice que es inaceptable!), ya que sus tiempos presidenciales publicó el libro "Bono con todos" (está aún a la venta a cinco euros) en el que se fotografiaba con un panadero, un lechero, un ceramista... ego, ego, ego, ego... el volumen de las desmemorias se cierra precisamente con una veintena (o más) de páginas con fotos suyas ¡hasta vestido de comunión! y luego con el Papa con Fidel Castro... ¡Bono con todos!
Pero si traigo a colación esta obra es por las tres referencias que en ella se producen a la provincia de Almería y que tal vez tenga interés recuperar en la actualidad.
Uno de ellos tiene que ver con el agua. Se habla del Plan Hidrológico... y de Alfonso Guerra. Es el 2 de noviembre de 1992, y en una Comisión Ejecutiva Federal, el inefable culiparlante (no porque no hable, que habla, si no por lo que dice) por Sevilla puso a Almería como ejemplo del derroche de agua ya que "no existen contadores de agua en las viviendas". 
A eso Bono pone un añadido en el párrafo siguiente. Admitamos que tal vez Guerra no estuviera bien informado entonces, pero es inaceptable que hoy día el biografiado escriba "Lleva razón: el agua que se gasta en regar siete hectáreas de maíz equivale, aproximadamente, al consumo para abastecimiento humano de una población de mil habitantes durante todo el año".
Bono dice que Guerra tiene razón, y para confirmarlo pone de ejemplo un cultivo inexistente en Almería.
Recuerda también como él y Serra contraprogramaron un mitin de Felipe González en Almería, organizando un acto en Albacete (circunscripción por la que concurrió por primera vez a unas elecciones bajo el lema "Honradez" por Centro Izquierda de Albacete, y en el que bajo su nombre aparecía la palabra "socialista") en el que la estrella el juez Baltasar Garzón.
Cuenta también como se fraguó la entrada de Nono Amate en la Comisión Ejecutiva Federal de la época. Fue Narcís Serra quien informó esta incorporación a cuenta de los "guerristas" dejando fuera a Antonio María Claret (a quien tampoco le ha ido mal desde entonces por cierto). Se permite además reflejar algunas bromas de Joaquín Leguina sobre González que dejan en buen lugar al ex presidente.
Y una anécdota para cerrar. Refiere Bono unas palabras que atribuye a "don Vidal", a la sazón canónigo de Albacete y "eclesiástico de culto" en las que se hace referencia al nuevo Concordato con el Vaticano. Me permito transcribir lo que dice que eran palabras del cura: "El obispo de Almería, Casares Hervás, compró una cabra y la acostumbró a comer papel. Le daba a comer todas las ciruclares que recibía de Roma y especialmente todos los papeles relativos al proyecto de Concordato. La pobre cabra se murió. Indigestión de Concordato, debió de ser el diagnóstico de la muerte".
Mucho más interesante la biografía del General Máximo Cuervo Radigales del compañero Manuel Gutiérrez Navas editada por el Instituto de Estudios Almerienses, o seguro que la próxima novela de Bruno Nievas, o cualquiera de los volúmenes de la Almería más mágica de Alberto Cerezuela.

1 comentario:

Bienvenido Adra dijo...

Esta claro, Bono, Rosa Diez y quien pongamos de ejemplo, dependiendo la Cdad, a la que defienda, aun siendo del mismo patido Politico, la postura es diferente. Por eso siempre me he preguntado ¿PP de donde?,... ¿PSOE, de donde,...?. No tenemos arreglo.