4 D (de Decepcíón)

Sin pena ni gloria ha vuelto a pasar un año más el 4D, el que algunos denominan Día Nacional de Andalucía, y del que ya está queriendo apropiarse el PSOE, en gesto más de usurpación de la reciente -y no tan reciente- historia de nuestra tierra.
Conservo en mi memoria aquella manifestación de 1977 que inundó Granada igual que todas las capitales andaluzas. Tenía 10 años, pero mis vecinos eran militantes del Partido Socialista de Andalucía y fue en su casa donde por primera vez vi nuestra bandera, el retrato de Blas Infante... y fui con ellos -en realidad con sus hijos que eran mis amigos- a aquella convocatoria. 
Una marea verdiblanca recorrió toda Andalucía, que le dobló dos veces el pulso al Estado. Primero cuando quisieron dejarnos fuera de las nacionalidades históricas a la hora de "otorgarnos graciosamente" la autonomía... los andaluces logramos que se convocara un referendum, y ahí les dimos. La segunda vez que le doblamos el pulso fue cuando, a pesar de las condiciones indignas en que se convocó, se ganó en siete de las ocho provincias, y sólo en Almería no se consideró victoria el hecho de que el número de sies multiplicara por diez los noes... pero es cierto, sumando los noes a las abstenciones... eran más que los sies y como los votos afirmativos tenían que ser más de la mitad del censo electoral en cada una de las ocho circunscripciones... habíamos perdido... Y tuvieron que cambiar la ley porque era insensato desatender el grito del pueblo andaluz, el grito por ser dueños al fin de nuestro futuro.
Visto en perspectiva es triste, decepcionante. Leer un tuit de el madrileño parlamentario andaluz y exconsejero Manolo Recio alabando que el madrileño presidente del Gobierno andaluz Pepegriñán, habla del espíritu de aquel día... ¡pero qué sabrán ellos, joder! 
Aquel 4D se hizo con el PSOE en contra, con la UCD en contra, y por supuesto con la AP de entonces también en contra. Sólo un presidente como Rafael Escuredo -con sus luces y sus sombras, pero en aquel momento providencial hasta el extremo de ponerse en huelga de hambre por la autonomía- que antepuso los intereses de Andalucía a los del PSOE -lo que le valió el ostracismo durante décadas- y un ministro como Manuel Clavero Arévalo -de la UCD pero que dimitió como medida de presión en favor de los intereses andaluces- unidos al PSA y los distintos movimientos andalucista de la época, nos sacudieron cuarenta años de encima y ganamos ¡ganamos!
Treintantos años después nos sigue gobernando un partido político que estuvo contra nuestra autonomía hasta que acarició el poder que suponía, que también ridiculizó nuestra bandera hasta que vio que la podía agitar para que la siguiéramos como a un capote, que se mofó del Padre de la Patria Andaluza... pero ahora pide cuentas de todo ello a los demás. Es como si Andalucía hubiera comenzado a existir con ellos.
No, no era eso lo que se clamaba aquel 4D. Queríamos el respeto de España... y seguimos sin tenerlo, queríamos que volvieran los emigrantes... y acumulamos paro hasta el punto de que volvemos a emigrar, queríamos recuperar nuestra historia... y sólo vemos patrañas en los libros escolares, queríamos deshacernos del caciquismo... y los caciques siguen estando ahí, queríamos romper con el centralismo... y se lo llevaron de Madrid a Sevilla, queríamos ser dueños de nuestro futuro y hemos acabado dejándolo en manos de mercaderes del voto...
No, no era esto lo que queríamos. Han generado en nosotros tanta apatía que si el próximo 28 de febrero el Gobierno andaluz, que si el Parlamento Andaluz al completo, nos llamara a una gran manifestación, acudirían los de siempre. PSOE, más PP, más IU impulsaron y pidieron el respaldo para un Estatuto que no llevó a la urnas a más de un tercio de los andaluces. 
Que no, que no era esto. Fue hace treinta años pero señor Recio, señor Griñán, sé que no era eso porque yo sí estaba allí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desgraciadamente es cierto que Andalucía debe su autonomía al PSOE, si no fuera por este partido y el "café para todos" este invento histórico de Blas Infante difícilmente hubiera visto la luz porqué atenta contra cualquier realidad histórica, cultural, geográfica, lingüística, etnográfica ¿sigo? Le pierde el fanatismo andalucista en estos temas.