La fecha de las elecciones andaluzas

Pepegriñán, como se hace llamar este madrileño desde que fue designado por Manuel Chaves como presidente de los andaluces (la ley no contempla que una Corporación municipal se disuelva si el alcalde deja el cargo por cualquier circunstancia), ha elegido el 25 de marzo como fecha para las próximas elecciones autonómicas, y lo ha hecho en función de sus intereses y los de su partido.
El problema de Pepegriñán es que a estas alturas cualquier fecha es mala, y esa también.
Si en su momento Chaves luchó por lograr que el presidente de Andalucía tuviera potestad para disolver el Parlamento de modo anticipado (algo que sólo pueden hacer las CCAA del art. 151) porque lo tenían pillado con una pinza el PP e IU, no convocó elecciones cuando volvió a Madrid (de donde vino a regañadientes para sustituir a Pepote de la Borbolla, de quien hay un entrevista impagable en la que define el espíritu luchador de "Manolo"), Griñán también ha adecuado los tiempos a sus cálculos.
Griñán, por primera vez en muchos años, ha convocado unas elecciones andaluzas en solitario, pero no porque creyera que los andaluces necesitamos mirarnos a nosotros mismos y hablar de nuestras cosas, no, lo ha hecho porque no quería que el hundimiento del PSOE arrastrara al PSOE-A. Griñán pensaba únicamente en salvarse los muebles de lo que le habían dejado.
Gracias a esa decisión, los andaluces deberíamos oir hablar de nuestras cosas, de nuestros problemas, y de las soluciones que propone cada cual, pero no será así.
Los socialistas sacarán la artillería pesada para acusar a Javier Arenas de imponer los mismos ajustes que ha puesto en práctica Mariano Rajoy, en caso de ganar, y pondrá en solfa su credibilidad con la excusa de que quien dijo que no subiría los impuestos, es lo primero que ha hecho en el primer consejo de ministros que ha reunido.
Arenas tendrá que defenderse de eso, y si lo hace -que debe hacerlo, y explicar las cosas- y en eso se nos irá buena parte de la campaña electoral, aunque por lógica el principal argumento del PP será la corrupción endémica de la Junta de Andalucía que durante más de tres décadas está en manos del mismo partido político. 
Griñán aún confía en que Rajoy siga recortando, y en que eso acabe pesando más en el ánimo del votante andaluz que la golfería de los EREs... porque ya casi se nos han olvidado las golferías de La Familia Chaves, empezando por las de los hermanos de "Manolo" y siguiendo por sus hijos...
Pero no, lo normal es que ante el descrédito de la clase política (curioso concepto ese de "clase política" ya que los políticos por definición no son una clase pero se lo han montando como tal) se opte entre la abstención o el voto contra el Régimen.
La fecha del 25 marzo tiene que ver con el hecho de que justo un mes antes, el 25 de febrero, será el debate de política general, en el que Griñán y Arenas se enfrentarán cara a cara, con la máxima atención mediática y con el telón de fondo de los comicios. Ambos irán a muerte, y no se admitirán prisioneros.
Y el 28 de febrero el Día institucional de Andalucía, momento en que toooooodos los partidos políticos se nos visten de blanquiverde para jugar en nuestro suelo. Veremos como los socialistas que vilipendiaron a Blas Infante durante decenios, ahora reclaman su figura (como si no fuera el padre de nuestra patria lo más opuesto a lo que ellos han representado), y veremos un PP que en boca de su portavoz en el Congreso habla de nosotros como nacionalidad (Pons pide disculpas cuando se le escapa la palabra "región" o "autonomía" al referirse a Andalucía) y un alcalde (el sevillano Zoido) que reclama como Día Nacional de Andalucía el 4 de Diciembre.
Sinceramente, lo único que podemos desear los andaluces es que gane el mejor... pero eso no  siempre sucede.

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