Con el tesorero en prisión

Mientras la Selección Española de Fútbol (más conocida en la era Zapatero como "la roja" para no herir sensibilidades de nacionalistas y progresistas de viejo cuño) lograba un clamoroso triunfo en Sudáfrica ante Alemania, la asamblea de socios del Polideportivo Ejido se planteaba su ser o no ser.
En los buenos años el Ayuntamiento de El Ejido no tuvo problemas para echarle dinero al equipo y convertir a los celestes en la enseña de un pueblo que quería cambiar la percepción que había de él en todo el Estado tras aquellos terribles sucesos que mejor no recordar.
En aquellos años todo parecía posible para el Poli, que se miraba de tú a tú al Almería con el orgullo propio de militar ambos en la misma categoría siendo uno de "pueblo" y otro de la "capital".
Pero llegaron no ya los malos tiempos, si no que llegó la Operación Poniente, y con ella se han ido levantando alfombras, abriendo cajones, y cerrando bocas. De repente la realidad ha tocado a la puerta y ha habido que abrírsela. Y la realidad ha entrado.
En la asamblea de acciones del Poli había quien no entendía cómo era posible que en la anterior el tesorero hablara de un superávit de más de cien mil euros, y hoy el dato fuera un déficit insalvable. El hombre no lo entendía, pero claro, quizá este hombre sólo leía las páginas de deportes de los periódicos o sólo escuchaba los programas deportivos de las radios, y desconocía un dato fundamental, y es que el tesorero (oficialmente el cargo es algo así como secretario del Consejo de Administración) ¡está en prisión preventiva por casi una decena de delitos!
El tesorero (al fin y a la postre) era/es José Alemán, que a su vez era el interventor del Ayuntamiento de El Ejido, uno de los dos imputados que aún está en prisión incondicional por orden de la juez del número dos de Almería, Monserrat Peña.
Pero es que lo más pasmoso del asunto era que el principal accionista del club era el Ayuntamiento, por tanto el que más dinero le aportaba, y que una persona, Alemán, era el encargado de fiscalizar en su despacho de la Plaza Mayor cuanto capital se entregaba, y desde su despacho de Santo Domingo, certificar el "recibí" de lo que él mismo había remitido.
Este yo-me-lo-guiso-y-yo-me-lo-como del Juan Palomo conocido como Pepe Alemán, tenía seguramente una explicación en otro despacho ubicado en la capital.
Con el tesorero en la cárcel y el Ayuntamiento en situación de no poder aportar ni un céntimo más, el club se derrumba. Ya no son tantos los empresarios dispuestos "a echarle dineros al Poli", ya no son tantos los que quieren ir a su palco, ya no son tantos... pero aún quedan algunos.
Nada como la reciente historia del equipo más emblemático de todo el Poniente para colocarnos sobre la realidad que vive este país.

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