Lo que quizá sabía el PSOE hace dos años

Tuvieron que justificar de muchas maneras que aquellos diputados provinciales que habían comenzado en la oposición en el mandado anterior, no siguieran en este. Llegaban a decir que el anterior equipo era para eso, para hacer oposición, y que al tener diputado suficientes para formar gobierno, las personas debían ser designadas precisamente pensando en su capacidad de gestión.
Es curioso. Resulta que a esos compañeros que se dejaron "la piel en el pellejo" defendiendo esa "imposible" decisión política de apoyar un gobierno formado por sólo tres diputados (Añez-Balastegui-Díaz) y de un partido (PAL) excindido de otro (PP), los dejaron luego en la calle... justo cuando tenían la posibilidad de "vivir un poco más tranquilos" ejerciendo el gobierno a todas luces, no en la penumbra, como venían haciendo durante los dos años previos.
Pero es que dándole vueltas a aquello, no es absurdo cuestionarse si es que en el PSOE ya se temían lo de Huércal Overa... la operación judicial que desvela una presunta trama de corrupción urbanística que salpica a su alcalde, Luis García Collado, y a cinco concejales... y resulta que el portavoz del PSOE en la Diputación durante todo ese tiempo fue Antonio López Olmo, a la vez concejal delegado de Urbanismo en el municipio.
García Collado es uno de esos alcaldes intocables que hay en todos los partidos, en este caso el PSOE, y que no admite indicaciones de ningún tipo en sus decisiones políticas, como la de confeccionar una lista electoral.
Quizá lo único que pudo hacer la dirección del PSOE -que tan poco cariño le tiene- fue dejarle al margen de la Diputación por si "aquello" acababa saltando, como finalmente ha sido. De hecho, mientas a otros por menos les obligan a dimitir -cosa loable, ojalá todos copiaran eso- a él y los suyos no.

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