4 de Diciembre


Acababa de publicar un disco recopilatorio, y en aquella rueda de prensa en Granada, le preguntaron el motivo de que no incluyera canciones de sus primeros "elepés", de "A duras penas" o "Crónicas granadinas", a lo que Carlos Cano respondió con claridad meridiana. Dijo que no podía cantar a la bandera de Andalucía que se paseaba en coches oficiales, que él cantaba a la bandera de Andalucía que levantaba el pueblo andaluz. Contundente. Lástima que fueran muy pocos medios de comunicación los que se hicieran eco de aquellas palabras.

De él vuelvo a acordarme hoy, cuatro de diciembre de 2008... un año más.

Un Gobierno andaluz presidido por un ceutí, un Parlamento andaluz presidido por una alicantina, y un Tribunal Superior presidido por un canario. ¿Podemos esperar que sientan Andalucía como la sentimos nosotros?

Que nadie confunda esa pregunta. Sí creo que ese puñado de inmigrantes que la levanta en las manifestaciones del SOC la siente como muchos andaluces. La verdiblanca sí es su bandera, hayan nacido donde hayan nacido.

En el de Chaves, Coves o Méndez de Lugo... así como en el de tantos otros que disfrutan de cualquiera de los 300 coches oficiales que tiene la Junta de Andalucía, nuestros símbolos son sólo aquello que les da de comer... y muy bien, por cierto. Sólo somos un sitio al que han sido destinados desde arriba.

Que distinto su caso del que refería Blas Infante, el de los pobres de solemnidad que veía acudir con su platico a la puerta del convento para que les dieran un cazo de sopa. "Yo tengo clavada en la conciencia desde la infancia la visión sobría del jornalero", escribió en "Ideal andaluz", y seguía diciendo "Abrazados al jornalero, que es ir abrazados a Andalucía, yo sabía que habríamos de avanzar muy poco". Y así ha sido.

En cualquier parámetro económico o social, Andalucía está en la cola... sigue en la cola, nuestros representantes no nos representan por que permanentemente se pliegan a las decisiones de sus partidos tomadas en Madrid... y así nos va.

Andalucía, traicionada por todos los que viven de ella, sigue esperando su momento, su hora.


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